Receta de albóndigas en salsa de almendras

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Receta de albóndigas en salsa de almendras

INGREDIENTES:

para 4 personas 

500 g de carne de ternera blanca picada

3 dientes de ajo

1 rebanada de pan mojado en leche

1 huevo

3 cucharadas de pan rallado

Sal

Pimienta

PARA LA SALSA:

100 gr de almendras

1 rebanada de pan duro

3 dientes de ajo

¾ litro de caldo de pollo

Azafrán

Sal

Pimienta

Aceite de oliva

 receta de albóndigas en salsa de almendras -ApuntoLibreria

  

¿Un guiso sabroso y sencillo? ¡Aquí lo tienes! Además es clásico y un plato de gastronomía regional. Hablamos de las deliciosas albóndigas en salsa de almendras. 

HISTORIA DE LA ALBÓNDIGA. LA ALBÓNDIGA EN EL MUNDO

El término “albóndiga” procede del árabe «al-bunduqa», que significa «bola». Los árabes enseñaron este plato hasta extenderse por toda Europa. En un principio, se trataba de un plato destinado a las clases altas, siendo un magnífico recurso gastronómico.

Ya en la Antigua Roma, encontramos un testimonio escrito por Marco Gavio Apicio, donde aparecen ya algunas recetas de albóndigas. En los siglos XII-XIII, en la España andalusí, también encontramos recetas de este plato. Entre las clases populares se compraban fritas o ya hechas, en molde. Encontramos recetas con especias, clara de huevo, con ajo, con salsa de vinagre, etc.

En el siglo XV encontramos una receta de la infanta María de Portugal, donde se utilizaba carne picada de cerdo o carnero, con huevo batido y un poquito de harina, fritas en manteca y servidas con caldo espeso y especiado.

En el siglo XVI aparecen en tratados de cocina, en cuyas recetas se les añade espinacas, o borraja.
También en el siglo XVIII encontramos una receta de albóndigas de carnero, hechas con caldo de restos óseos de piezas cárnicas, fritas y con azúcar y canela.

En la actualidad tenemos una receta evolucionada de las albóndigas, que son los filetes rusos o bitoques. La diferencia con las tradicionales es que éstos son más grandes y se presentan aplastados, permitiendo cocinarlos a la plancha, a la brasa o fritos. Sin embargo, no obtuvo demasiada acogida hasta que en 1950 se populariza como plato de posguerra.

Por otra parte, se trata de un plato que podemos encontrar en multitud de países diferentes, con unas características propias de cada región. Si en España las encontramos con ternera, cerdo o incluso pescado, fritas ligeramente y presentadas con una salsa de sofrito de cebolla, harina, vino y especias, en otros tantos lugares las podremos probar de diferentes maneras. Por ejemplo, en Argentina, con su gran calidad de carnes, se presentan acompañadas de arroz.

En Chile, se hacen bolas de carne molida con pan rallado, huevo y perejil, cocidas con caldo de carne y acompañadas también por arroz. En este país encontraremos también la sopa de albóndigas, una variedad de esta receta.

En Brasil, al igual que en Estados Unidos, las podemos probar junto con un plato de espagueti.

En México, se utiliza carne molida de ternera o de cerdo, con un relleno de huevo cocido. Se preparan asimismo con caldo de jitomate y chiles, y se acompañan de frijoles y arroz, lo que le da un toque de distinción puramente mexicano.

Ya en Europa, las podemos encontrar con queso feta tanto en Albania como en Austria.

En Alemania las podemos probar aplastadas.

En Finlandia se elaboran con carne de cerdo picada, con miga de pan mojada en leche y cebolla, pimienta y sal. No se fríen, se hierven y se sirven en salsa, acompañadas de mermelada de arándano rojo. En Bulgaria, se preparan de forma similar.

En Noruega se preparan de forma parecida a la receta finlandesa, pero con sopa de guisantes y cebolla frita caramelizada.

En Suecia, es típico acompañarlas con salsa de carne, patatas hervidas y arándanos rojos.

En Grecia llevan un relleno de cebollas y hojas de menta.

Como curiosidad, en Turquía existen más de 80 variedades diferentes de este plato.

Pero además no nos podemos olvidar del resto de continentes. En Asia las encontraremos también, por ejemplo, en China, se preparan con carne de cerdo, hechas al vapor, hervidas o incluso crudas. Se acompañan con salsa de soja y también en sopa.

Por último, en Filipinas, se cocinan con sopa de bijon, ajo tostado, calabaza y chicharrones.

Tras este recorrido por la Historia de la albóndiga, nos dispondremos a preparar nuestra versión de las albóndigas en salsa de almendras, con nuestro toque A Punto.

Esta receta la podemos saborear en muchos lugares de Andalucía, seguramente por la herencia árabe recibida, y como en nuestra escuela nos atrevemos con la cocina tradicional y para ello recurrimos a uno de nuestros cocineros más queridos, Karlos Arguiñano, con su libro LAS RECETAS DE TODA LA VIDA, que podrás encontrar en nuestra librería. Eso sí, sin perder nuestro toque A Punto.

ELABORACIÓN DE ALBÓNDIGAS EN SALSA DE ALMENDRAS

En primer lugar, mezclamos en un cuenco la carne picada los huevos, el pan remojado en leche, 1 diente de ajo picado y sal. Amasaremos, y cuando esté bien mezclado y quede una masa lisa, apartaremos y meteremos en la nevera para dejar la masa reposar mientras preparamos el resto de ingredientes.

Sacar la carne de la nevera y hacer bolitas de unos 45 g (no muy grandes), amasando a mano. Es importante que nuestras manos estén húmedas, no mojadas, para dar la forma a las albóndigas y no se nos quede la masa pegada en la piel. Cuando estén listas, poner una olla con 1 dedo de aceite a calentar y cuando empiece a salir un poquito de humo meter las albóndigas que habremos enharinado justo antes. Dorar por todos lados (en varias tandas si es necesario), escurriremos el aceite sobrante y reservamos.

A continuación, trituramos las almendras, con la cebolla, los ajos y las rebanadas de pan, añadiendo una tacita de caldo.  Luego lo incorporamos a la olla, vertiendo sobre las albóndigas en la cazuela, y añadimos el azafrán. Por último, salpimentamos y mezclamos hasta conseguir que quede uniforme. Lo llevamos a ebullición a fuego lento, removiendo con frecuencia hasta que la salsa adquiera el espesor deseado.

Es importante no dejar de remover, ya que si lo dejamos cocer demasiado, la salsa puede quedar muy espesa y se nos puede llegar a pegarse en el fondo de la cazuela. Se recomienda que el tiempo estimado sea de 5 o 10 minutos hasta conseguir la densidad perfecta.

SIRVE Y DEGUSTA

Presenta tus albóndigas en salsa de almendras con una bonita olla (aún caliente) o en una fuente (también precalentada) con un poco de perejil picado por encima. Se puede acompañar con pasta o arroz, o con unas patatas fritas que harán de este plato una delicatesen de tu cocina.

Ésta es una receta que va a invitar a probar hasta la última gota de salsa, por lo que no se te puede olvidar acompañar con un pan tierno.

TRUCOS PARA MEJORAR ESTE PLATO DE ALBÓNDIGAS EN SALSA DE ALMENDRAS

Recuerda que al ser un guiso siempre queda más rico si se deja reposar un día en la nevera.

APRENDE A PREPARAR ALBÓNDIGAS EN SALSA DE ALMENDRAS

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