Ensaladilla ¿rusa?
Ensaladilla ¿rusa? El chef José Andrés decide cambiar el nombre de la ensaladilla rusa por ensaladilla kiev. Pero, realmente, ¿qué tiene de rusa la ensaladilla tal y como la conocemos hoy en día? Lo cierto es que plato lleva más de dos siglos en nuestras cartas españolas y nunca ha pasado indiferente.
Ésta es la primera entrega la serie ‘Boicots y Países’ escrita por la periodista y escritora, Ana Lorente.
Boicot a la Ensaladilla Rusa
Pulpo a la gallega, bacalao a la portuguesa, cocido madrileño, tortilla francesa, pastelitos búlgaros, palos catalanes, napolitanas, carballones, fabada asturiana, rollitos vietnamitas, trucha a la Navarra, salsa tártara, mahonesa, bearnesa, boloñesa, jamón York, paella valenciana, coles de Bruselas, salchichas Frankfurt, steak Tartar, brazo de gitano… ¡Ahhh no, perdón! eso no es un país, pero por ahí va el tema, incluso, en sentido amplio, podíamos añadir los Moros y Cristianos (arroz con frijoles) que España dispersó por toda Latinoamérica.
El caso es que existen muchos de esos platos con nombres gentilicios, que se atribuyen a un origen geográfico, más o menos documentado o inventado, y que muchas veces ese nombre, esa atribución, entra en liza por las pendencias y reclamaciones de otro presunto propietario o por otras razones. Como cuando la geografía muestra sin pudor su lado geopolítico.
Ensaladilla qué?
Hoy ha saltado a primera plana el cambio de nombre de una receta geográfica, clásica e histórica.
El magnifico y siempre comprometido Chef José Andrés, para subrayar que se tenga presente la invasión de Ucrania y su enorme sufrimiento, ha tomado la decisión de eliminar de sus cartas el nombre de Ensaladilla Rusa y cambiarlo por Ensaladilla Kief.
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La pobre ensaladilla ya ha llevado una vida llena de sobresaltos, de hecho, en España, la dictadura franquista erradicó toda referencia al comunismo y a su cabeza: Rusia. Pero, eso sí, se apropió de la receta con todo el descaro rebautizándola como Ensaladilla Nacional.
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Pero el caso es que ya antes tenía nombre propio, el de su presunto (y presumido) creador, Lucien Olivier, un chef belga que a mediados del siglo XIX regentaba en Moscú la cocina del restaurante Hermitage. Se cuenta que se llevó a la tumba el secreto de la receta de su famoso plato, y también que la creación procedía de una broma satírica hacia la ignorancia de algún comensal que se atrevió a mezclar en batiburrillo un plato en el que el chef, sobre un napado de blanca mahonesa exhibía los bocados mas exquisitos: caviar, lengua, langosta, faisán, perdiz, trufas y patatas. Como burla, al día siguiente presentó el plato en ese caos formal, pero resultó tal éxito que, adaptado para economías más modestas, ha llegado hasta nuestros días.
Se dice…, se cuenta… pero más cierto es que, unos años antes de que Olivier oficiara en el Hermitage, en 1846, un recetario inglés de Charles Francatelli publica la receta de la Ensalada Rusa, con anchoas, cangrejo, huevos duros, aceitunas… y por supuesto, mayonesa.
Eso sí, entre bromas y veras, la fama de Olivier es tal que el día del aniversario de su muerte, el 14 de Noviembre celebramos el Día Mundial de la Ensaladilla Rusa. O, este año, de la Ensaladilla Kief.
Habría sido más complicado tener que penalizar gastronómicamente a la cabeza del otro lado del telón de acero, a USAmérica, puesto que su plato nacional es la hamburguesa. Sí, eso es, de Hamburgo.
