Adiós a las librerías
Hay más de diez razones por las que, si no nos lo tomamos en serio, desaparecerán las librerías
Adiós a las librerías
Imagino un futuro en el que los hijos de mis hijos o de mis sobrinos no entenderán el término Librería como ese espacio repleto de libros, con cierto aroma a papel tintado, ordenado por temáticas, en el que perderse en busca de aquello que nos hacía (nos hace) feliz.
Imagino un futuro en el que habrá que explicar el trabajo del librero como esa persona sabia a la que se acudía para conseguir dar con el clavo de la necesidad intelectual que teníamos. Una figura extinguida como lo han sido el sereno, el hachero o el pregonero.
Imagino un futuro sin pequeños comerciantes, tiendas de barrio donde te llamaban por tu nombre, lugares en los que se cocía la verdad del vecindario, espacios a los que acudir bajo la necesidad de sentirse parte de una comunidad.
Quien alguna vez en su vida abrió una pequeña librería de barrio, sabe de su heroicidad: menos lectores, más libros que no cuentan nada; un escaso 30% de beneficios, moles digitales con hambre constante, editoriales con descuentos ilegales… Todo suma para poner el fin a las librerías.
Adiós a las librerías
Qué buenas son las crisis para sujetarse a los libros y pensar que un mundo nuevo o diferente nos espera tras la última página.
El proceso del libro es maravillo: hay quien lo piensa, quien lo diseña, quien lo escribe, quien lo promociona, quien lo vende, quien lo compra, quien lo regala…
El que sea editor o autor de un libro sabe la felicidad que produce ver el resultado final y la felicidad que da ver tu libro expuesto en las librerías… ya ni os cuento cuando alguien lo compra.
En los últimos años hemos vividos cierres de algunas de las librerías más emblemáticas del mundo:
Portadores de Sueños en Zaragoza, Nicolás Moya en Madrid (la más antigua) o recientemente nuestras compañeras ejemplares de Aliana.
Pero también han habido acciones solidarias para salvar templos del libro que deben (por necesidad humana) permanecer abiertas. Acordaros del empuje que tuvieron nuestras vecinas de Berkana en Madrid o Westsider Rare & Used Books en Nueva York que fue rescatada de su ruina gracias a la aportación vecinal que se negó que ésta cerrara.
Adiós a las librerías
Diez razones por las que desaparecerán
Aquí van 10 razones por las que cierran y, por desgracia, se seguirán cerrando las librerías:
- AMAZON. Se ha comido el mercado. Es fácil, en el sofá de tu casa, eliges lo que quieras (tienen el mayor fondo mundial), compras y en poco más de 24 horas lo tienes en tu casa. ¡Guau! qué fácil y cómo y además me hacen descuento… pues ¡para qué ir a una librería de barrio! Si a eso le añades que se buscan la vida para crear ofertas ilegales de descuentos del 25% sobre colecciones de libros cuando el máximo descuento permitido es un 5%, lo ´que consiguen es que el lector se quede con la idea de que Amazon es más barato que una librería, lo es porque hacen trampa!
- DISTRIBUIDORES. Quien gana en este sector son los distribuidores ¡qué paradoja! No es el que escribe el libro, ni mucho menos ese editor que ha pensado y diseñado el libro, y mucho menos el librero (¡ay pobre muerto de hambre!) sino el que lo coge, lo sube en una furgoneta y te lo deja en la puerta de la librería. ¡Guau!
- LAS EDITORIALES. Ante esta situación de ‘aquí no ganamos nada’. Pues la editoriales desde hace unos años han decidido vender directamente, de esta manera consiguen quitarse intermediarios (sobre todo los distribuidores) y ganar un mayor porcentaje. Y para más polémica, resulta que cuando les place ponen sus propios libros al 50% Algo totalmente ilegal y que cualquiera debería de oponerse por conciencia social ¡bye bye book store!
- LOS AUTORES. En esta guerra de a ver de dónde trinco más pasta, están también los autores y con razón. La negociación con una editorial es ardua. Con suerte un autor gana un 7% y los super tops quizá se lleven el 10%, pero lo normal es que sea de un 5% y con variaciones es decir que si se vende en digital es más barato y … un largo etc. Por ello, el que piense que un escritor vive de sus libros, no sabe lo equivocado que está.
- LOS AUTORES (II PARTE). Y como ganan poco pues se les ocurre la brillante idea de vender sus libros en Amazon (again) y los editores lo permiten (mal) ¿por qué? Primero así acaban antes con la tirada del libro y además, si Amazon vende el libro, el escritor se lleva una pizca. En cambio, si lo vendes en una librería no te llevas nada. ¡Ay amigo!
- LOS LECTORES. La mayor crisis del siglo XXI no es este coronavirus sino la sobre información y la falta de cultura. Cada vez tenemos más medios donde poder estar informados en segundos de lo que ocurre en el mundo pero por otro lado, leemos menos y por lo tanto, son menos los libros que se compran.
- CIERRE DE LAS FERIAS. Hay dos picos de ventas para una librería: la Navidad y las Ferias del Libro. En estas fechas, una librería puede llegar a ingresar hasta el 70% anual. En estos momentos, con la crisis que estamos viviendo el Gremio de Libreros anuncia el aplazamiento de la Feria del Libro de Mayo-Junio a Octubre y Sant Jordi pasa del 23 de abril a julio (aún no se sabe la fecha). Ups! Si la Feria de Madrid se retrasa tanto… el verano para una librería es igual a: ruina. Y el Otoño se unirá al invierno y con el a la Navidad y seguramente, el porcentaje de venta de libros no será el mismo que otros años. Así que el resultado de ventas y por lo tanto ingresos de una librería pues será bastante inferior a la de otros años. Ya, ya sabemos que esto del virus TIENE QUE SER TEMPORAL, pero este año… ¡nos lo comemos!
- AYUDAS. Sí de vez en cuando salen ayudas para la edición de libros, incluso para la distribución, pero hacer un libro es carísimo: la imprenta sale por un pico (con razón) y luego, vuelvo a punto 3, los distribuidores… Ay
- GREMIO DE LIBREROS. El gremio de libreros, al que hay que reconecer que está haciendo todo lo que está a su alcance para asesorar a las librerías en este momento, le hace falta una renovación, quitarse el polvo de los hombros. Crear nuevas estrategias de comunicación, proponer nuevas iniciativas, ser un poco más abiertos a nuevos estímulos.
- LOS LECTORES. ¡Qué buena la tecnología para conectarnos al mundo! Y que mal uso hacemos de ella. Recuerdo que hace unos años teníamos miedo del libro electrónico, pensábamos que todo el mundo se compraría el aparato para leer y se acabarían los compradores de libros. Sí, es cierto que bajaron los compradores, pero seguía habiendo gente que buscaba en un libro el mejor regalo, el consuelo a un momento de fiebre consumista , la mejor puerta para introducirse en ‘otro mundo es posible’. Pero, el problema real es éste. Aunque cada vez poseemos más, se lee mucho menos y, por lo tanto, compramos menos libros. No hay salida.
Este 2020, A PUNTO se convirtió, sin buscarlo, en la única librería gastronómica de España. Nunca fuimos una librería al uso. Los libros eran nuestra puerta de entrada al ‘universo A PUNTO’, un mundo que imaginamos donde la voz de la gastronomía se entrelazar en diferentes idiomas, donde cada uno de nosotros, de vosotros, hiciéramos posible el mantenimiento de la cultura gastronómica mundial.
Han pasado diez años y os tenemos que decir que, por ahora, ¡prueba conseguida! Lo que ocurrirá después del virus… os lo contamos con el último estornudo.
Aquí seguimos y, si nos los permitís, solo os pedimos unas consigna:
Dejar de comprar en grandes almacenes. Dejar de fundir la tarjeta en AMAZON. Comprar en vuestro barrio. Aún queda una vida por vivir que nos está esperando en el portal al lado de casa. ¿Por qué perdérsela?