Torrijas tradicionales de Semana Santa
Torrijas tradicionales de Semana Santa
Rabanada en Portugal, pan perdu en Francia, french toast en Estados Unidos (y Pinterest), caballero pobre en Centroeuropa y (curiosamente) en algunas zonas de México, torrejas en buena parte de Sudamérica y también en su primera aparición en la literatura, de la pluma de Juan del Encina.
Entre nosotros desde el Imperio Romano, ha sido un dulce asociado a situaciones tan dispares como la recuperación tras el parto o el postre típico de Cuaresma.
Todos los medios de comunicación publican recetas en esta época y no hay cliente que las perdone como merienda en las cafeterías. Como no podía ser menos, aquí está: la omnipresente y codiciada torrija.
Torrijas tradicionales de Semana Santa
Ingredientes:
1 barra de pan para torrijas (si no tienes, utiliza cualquier pan de miga densa, tipo candeal)
1 litro de leche entera
1 limón
1 naranja
1 rama de canela
3 huevos
100 gramos de azúcar y azúcar extra para rebozar
Canela en polvo
Abundante aceite de girasol para freír
Elaboración:
- El primer paso consiste en retirar las cáscaras de los cítricos cuidando de no llevarnos con nosotros ninguna parte blanca de la fruta. Reservamos la de la naranja y ponemos en un cazo la de limón, la rama de canela, el azúcar y la leche. Llevamos a hervor, retiramos del fuego y dejamos infusionar tapada durante 25 minutos. Pasado ese tiempo hay que colarla y dejar que se enfríe completamente, puesto que la leche caliente puede deshacer el pan.
- Mientras tanto, cortamos la barra de pan en rebanadas de 3 centímetros de grosor y las repartimos sobre una fuente amplia. Cuando la leche aromatizada esté fría, la vertemos sobre las rebanadas de pan y dejamos que empapen por ambos lados durante 5 minutos.
- El aceite para freír debe ser de girasol o de alguna variedad de oliva suave como la arbequina. Lo calentamos a fuego suave y confitamos en él la cáscara de la naranja durante 15 minutos para que lo impregne de su sabor. Después la retiramos y subimos la temperatura hasta que alcance los 170°C.
- Batimos los huevos en un plato hondo, embadurnamos las rebanadas y las freímos hasta que estén doradas. Dejamos escurrir sobre papel de cocina y espolvoreamos con azúcar y canela.
- Si queremos respetar escrupulosamente la tradición, repetimos el proceso cada día. Ya habrá tiempo para hacer la penitencia después…