Sobre el arroz en otros mundos
@Sara Cucala (Comerse el mundo)
Cada mañana los balineses se levantan muy temprano para preparar unos cestillos repletos de comida para sus dioses. Las cestas las construyen ellos mismos con hojas de bananeros. Las llenan de frutas del día –plátanos, manzanas…-, de flores frescas y de arroz.
El arroz es la comida preferida de sus dioses y también la base de la economía y alimentación en Bali.
Hay varias maneras de llamar al arroz en Indonesia: padi, que es como se le llama cuando aún está en su plantita creciendo; beras es como llaman al grano de arroz antes de ser cocinado; y nasi o nasi goreng o nasi putih que es como lo llaman cuando ya ha sido cocinado. Los más jóvenes llaman al arroz cariñosamente sawah.
Arroz para los dioses
El arroz que se cocina para los dioses se pone en los pequeños templillos que cada balines tiene en la puerta de su casa o se lleva a los templos grandes para agradecerles a los dioses cada día de la vida o para festejar la pérdida de un ser querido. Todo se celebra en Bali: la vida y la muerte.
Entonces, cuando esto ocurre, sueles ver a decenas de balineses, vestidos con sus ropajes de fiesta, caminando con calma y una sonrisa en la cara dirección a algún templo perdido por la montaña. En sus cabezas portan los cestos de piel de banana y algunas mujeres llevan inmensos floreros repletos de frutas.
En la frente de cada balineses destaca un grano de arroz. El arroz, el sawah… Los niños temen los campos de arrozales porque hay muchas serpientes. Pero todos saben que esos campos maravillosos, que definen el paisaje de esta isla, son la riqueza del país. ¿Qué sería Bali sin sus arrozales? ¿Qué sería de sus dioses sin sus platos diarios de arroz?
Dicho arroz se combina en Bali con verduras y pescados, con cerdo o con pollo. Son amantes de los bocados crujientes como por ejemplo del krupuk (unas galletas de gambas); y gustan de comer cochinillo lechal generalmente aromatizado con hierbas frescas (babi guling).
La cocina más auténtica de la isla la encontrarás en Ubud, en el corazón de Bali; en Kuta, junto al mar, lo típico son los pescados, las parrillas de mar. El sabor de esta isla recuerda a la cocina tradicional china. Es sabrosa, fresca y muy natural, muy especiada y, en muchas ocasiones, bañada en un riquísima y densa salsa de coco.
Cada vez que pienso en esos guisos pienso que los dioses balineses tienen que estar más que contentos.
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