¡Bendito sándwich mixto!

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¡Bendito sándwich mixto!

Es incierto el origen del sándwich aunque la mayor parte de las fuentes bibliográficas coinciden en que hay que buscarlo hacia el siglo XVIII, en Inglaterra, gracias al conde John Montagu. Sus criados le servían la carne entre dos panes para que pudiera comer mientras jugaba a las cartas y no las manchara de grasa.

Dicen que nació en Estados Unidos…

Más concretamente a finales del siglo XIX cuando en los partidos de baseball era el único alimento que se permitía servir (ham and cheese sandwich), aunque ya se tomaba en Cuba desde mucho antes.

Pero…

Se cree que procede de los españoles que vivían en Cuba, aterriza en nuestro país en la década de los 50 del siglo XX y empieza a servirse en todas las cafeterías como “sándwich cubano”.

En Cataluña se conoce como “bikini” debido a que una sala barcelonesa de fiestas con el mismo nombre ofrecía como especialidad el famoso sándwich y decidió llamarlo de la misma forma.

Relativamente fácil de preparar, sencillo de comer y con ingredientes al alcance de todos: 2 rebanadas de pan blanco de molde que habrán de quedar crujientes a la par que jugosas. Eso se logra por el efecto de la cantidad justa de mantequilla, jamón cocido y queso fundido, todo de buena calidad.

Otras recetas de sándwich tan famosas como el mixto son:

El “Croque Monsieur” -relleno de jamón y queso, cubierto de bechamel y al horno.

El vegetal –con lechuga, tomate, espárrago, huevo cocido y mahonesa.

El “Club” -de origen norteamericano y compuesto de 3 pisos cortados en 4 triángulos que lleva pan de molde, pollo, lechuga, bacon, jamón cocido, queso y mahonesa.

Algunas recomendaciones para preparar el emparedado perfecto:

1.- Tu sándwich mixto ganará con un pan de molde artesano en vez de industrial. La masa y las largas fermentaciones del primero influyen en el resultado final.

2.- Saca la mantequilla un rato antes de prepararlo para que puedas extender bien una ligera capa sobre las rebanadas por ambas caras.

3.- Gástate un poco más y compra auténtico jamón cocido, no fiambre, que está lleno de fécula, harina, azúcar, gelatina y almidón, amén de muchos conservantes. Lo ideal es comprarlo en lonchas que no sean ni extra finas ni muy gruesas.

4.- Escoge un queso bueno de textura fundente (Havarti, Emmental, Gouda, Gruyere, Mozzarella…) y no escatimes en la cantidad. Huye de las láminas plastificadas que de queso tienen poco.

5.- Puedes prepararlo en una sandwichera, sartén –en este caso utiliza una tapa- o plancha – es el utensilio ideal-. Ten en cuenta que la temperatura ha de ser suave para que los ingredientes se cocinen poco a poco y el queso se funda.

6.- El orden de colocación ideal de los ingredientes es: rebanada de pan + loncha de jamón + loncha de queso + loncha de jamón + rebanada de pan. No tengas prisa y deja que se dore el pan y se derrita el queso.

7.- ¡Y ya lo tienes! Córtalo por la mitad en forma de triángulo para comprobar cómo el queso se ha derretido y ¡a hincarle el diente! ¡Cuántos desayunos, comidas, meriendas y cenas nos ha salvado el bendito sándwich mixto!

En el libro Exquisitas tostadas puedes aprender a preparar otras recetas de sándwiches con las instrucciones más sencillas y las fotos más ilustrativas.

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Categoría: Recetas | Comentarios: 0

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