Segundo día Dukan: las albóndigas al estilo moruno

Por el

 

En nuestro segundo día siguiendo el libro del Dr. Dukán seguimos con un poco de hambre, pero es lógico porque con la vida que llevamos es casi imposible sentarse a comer tranquilas. Es más, me he visto con un par de huevos duros metidos en el bolso y un sobrecito con tres surimis, por si me daba el bajón de hambre!

Hemos comenzado el día como siempre: tortas de salvado de avena, queso fresco y café. Tenemos que decir que esas tortitas de salvado de avena están bastante bien aunque se pegan a la sartén. Estamos perfeccionando la técnica: un huevo y una cucharada de salvado de avena -no le ponemos trigo- batimos bien y a la sartén. Mover mucho la sartén para conseguir que el líquido se distribuya homogéneamente por la sartén y evitar así que se pegue. Yo le añado un toque de sal, porque soy de desayuno salado y porque además está prohibida el azúcar… pero son buenas, un poco secas, pero buenas.

Para comer hicimos albóndigas de ternera. Os cuento cómo las preparamos: cortamos en trocitos muy pequeñitos ajo y cebolla -le pusimos cebolla roja para que tuviera un punto de dulzor-, pusimos el corte en un bol y añadimos un kilo de carne de ternera picada y un par de huevos batidos, comenzamos a añadirle especias: cayena picante, comino, sal, hierbas provenzales y albahaca. Hicimos bolitas con la mezcla, sin harina ni pan rallado -¡prohibidísimo!- y las pusimos en unas bandejas de horno monísimas que tenemos de Le Creuset. El horno a 200ºC y ¡dentro! Luego bajamos la temperatura para que no se nos quemaran las albóndigas por fuera y se secaran por dentro. Un consejo: en unos 15 minutos están listas, sacarlas pronto porque se secan rápido; pero si tenéis un horno con ventilador mejor, estará más jugosas. Es sí, tengo que decir que comimos las albóndigas todas las chicas de  A PUNTO y estaban francamente ricas, un poquito secas pero riquísimas. Además llenan bastante y eso hace que se te quite el hambre al menos durante unas horas.

Hay algo que también hemos experimentado y que os aconsejamos que hagáis: cuando terminéis de cocinar intentar emplatar en una vajilla original y bonita. Sinceramente, cuando más bonito lo pongamos, más nos apetecerá comerlo, aunque en realidad sean solo unas cuantas bolitas de carne especiada… La vida cambia según los ojos con que la mires.

 

Por la noche el menú fue: filetes de caballa en papillote y bígaros cocidos. No nos quedó bien la caballa, hay que mejorarla, cuando lo consigamos os contamos.

Hoy es nuestro último día de la ‘fase ataque’, una de nosotras se siente más ligera, otra no siente nada.

Así es el metabolismo!!!

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