Cuarto y quinto día de Dukan: Del pecado a la penitencia

Por el

Sí, hemos pecado. Después de una jornada intensísima en la librería, sin tener un segundo para parar a mirar el estupendo libro del señor Dukan y extraer de él un poco de imaginación para crear un plato. Así que en un arrebato de hambruna nos fuimos a ver a Xuxa, la del restaurante chino de enfrente de la librería, y pedimos lo más sano que vimos: verduras a la plancha, ensalada de algas y unos dim sum -es que una de nosotras es adicta-.

Pero el maestro Dukan dice que si pecas puedes rectificar, así que por la noche solo cayó una tortillita y ¡a la cama!

Al día siguiente, el desayuno ¡cómo siempre! (uf) y la comida volvió a regalarnos el sabor y aroma de esas albóndigas especiadas de las que os hablamos hace unos días. Están buenas.

Para cenar: pastel sanísimo de atún y una ensaladita ¡por fin podemos tomar lechuga! El pastel de atún lo hicimos muy light básicamente rollitos de atún natural muy especiado y un toque de limón.

Seguimos de crucero… ay

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