¿Alguna piscifactoría de Taiyaki por aquí?

Por el
Taiyaki

Un pez nadando en un mar tropical, con vetas de luz dorada reluciendo y ondeando debido al movimiento del agua, es una visión muy hermosa. Pero un pez de galleta crujiente relleno de cremoso helado de té matcha con topping multicolor también lo es. Sobre todo si lo estás sujetando tú. Sobre todo si vas a comértelo acto seguido.

El taiyaki es la nueva moda gastronómica venida de Extremo Oriente con parada y refinamiento en Nueva York. Su nombre no invita demasiado a la elucubración: tai, besugo; yaki, a la plancha. Claro, directo y con interés zoológico. Nació como un dulce humilde, típicamente barato y calórico; y su cuna fue la confitería Naniwaya, en 1909. El pez original, hecho de masa suave y relleno con una pasta de judía dulce o azuki, ha evolucionado hasta convertirse en un snack de aspecto cautivador con los rellenos más diversos, como crema de chocolate, queso, curry, helado o boniatos asados. También puede encontrarse en talla mini, a la manera de croissants o con forma de ballenas. En Corea son ligeramente diferentes (y mucho más baratos) y se llaman “carpas”.

Taiyaki

En Madrid ha aterrizado (¿o amerizado?) con el atrezzo más foodporn posible: infinidad de sabores de helados, siropes, nubes de azúcar o mini-galletas. En La Pecera, calle Velarde nº 2, trabajan esta versión dulce y fantasiosa del taiyaki. Lo elaboran con masa de tortitas o gofre y lo rellenan de helado soft o suave (un tipo de helado con menos grasa en su composición y más aire en su textura). Hay numerosas combinaciones de sabores y toppings a gusto del consumidor, pero también existen clásicos de la carta como el Pez Salty o el Pez Unicornio. Este último lleva algodón de azúcar, consiguiendo fundir esta tendencia y la del unicorn food como las últimas hebras de una nube de algodón bajo la lluvia.

La pecera. Calle Velarde, 2

La pecera. Calle Velarde, 2

Quién nos iba a decir hace unos meses que el besugo estaría bueno tanto al horno como rebosante de helado.

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